Entrevista de Alejandro P. Bigot a Adrián Ojeda, Docente de la UNNE, Licenciado en Relaciones Internacionales y Magister en Gobierno Local.
En tu perfil académico se advierte una interesante confluencia entre las relaciones internacionales y el desarrollo de los territorios. ¿En qué medida tu formación de posgrado contribuyó a consolidar una visión personal sobre el problema?
Considero que es muy positivo poder asociar, al menos en parte, la posibilidad de los territorios de aspirar a desarrollarse generando una vinculación con el contexto regional/internacional. Vivimos en un mundo “interdependiente”, y esto no sólo lo experimentan los países o las alianzas públicas y privadas a nivel global, sino también tiene su impacto y consecuencias, muchas veces más de lo que creemos, en el ámbito local.
Desde esta visión es que busqué formarme para entender, desde una perspectiva local, ciertos fenómenos que muchas veces están más bien emparentados con otras esferas.
Hoy observamos un escenario global cambiante, convulsionado, lo que nos hace tratar de poder interpretar cuáles son las implicancias, directas e indirectas, de estas tensiones; el desafío debe ser profundizar este análisis para poder tener una mirada integral de la situación, donde el factor local, y sus actores, no puede quedar excluido.
Al hablar de la historia constitucional argentina suele decirse que las provincias preceden a la nación. ¿Este concepto recobra actualidad al momento de pensar estrategias de internacionalización de estados subnacionales?
Por supuesto. Es la propia Constitución Nacional, en su artículo 124, que contempla esta posibilidad y faculta a las provincias, entre otras cosas, a poder celebrar convenios internacionales. Esta no es una atribución menor, el hecho de que no se la practique, o no sea muy tenida en cuenta por las provincias, no aminora su importancia por la posibilidad que la propia Carta Magna brinda a los estados subnacionales y el impacto que ello podría tener.
Para poder pensar estrategias de internacionalización resulta necesario contar, en primera instancia, con diagnósticos claros que permitan clarificar el contexto, delimitar objetivos y en base a ello trazar una hoja de ruta de corto, mediano y largo plazo. Es aquí donde nos topamos con varios problemas, el primero de ellos la poca planificación de mediano y largo plazo, esto conspira contra la posibilidad de establecer políticas públicas que puedan ser sostenidas en el tiempo; allí las provincias, en su gran mayoría, son muy endebles y esto derrama de manera directa en los gobiernos locales, acrecentando su fragilidad en cuanto a contar con una planificación estratégica.
¿Qué perspectivas pueden abrirse para los municipios en contextos que parecen favorables al desarrollo de relaciones con contrapartes internacionales?
Perspectivas muchas, oportunidades aún más. El gran desafío a afrontar aquí, por parte de los municipios, es establecer líneas estratégicas claras para poder tener un horizonte que identifique actores con los cuales interactuar; o al menos un norte de posibilidades prioritarias en relación a perfil, características, intereses, etc.
Como decía antes, en un mundo donde la interdependencia es una de las principales características, los actores que buscan relacionarse, ya sean estados (nacionales, subnacionales, locales), empresas u otras instituciones, no dan lugar a la improvisación; entonces es necesario para poder generar vínculos, que sean sostenibles en el tiempo, profesionalizar la estrategia en función de la planificación. Es decir, no podemos hablar de una estrategia efectiva si no tenemos una planificación concreta y acorde a nuestras oportunidades y demandas.
Pensar, diseñar y planificar estrategias desde “abajo hacia arriba” es lo que nos va a permitir potenciar nuestro desarrollo local y regional; para ello es necesaria una mayor articulación entre los diferentes estamentos y una verdadera coordinación, que se mantenga en el mediano y largo plazo, algo que hasta el momento es casi imposible en la lógica político-institucional de nuestro país.