




La práctica del Derecho implica una constante reflexión, tesis-antítesis. Es menester en derecho lograr calidad en los argumentos, instruirse de la literatura jurídica nacional, para ello es necesaria una formación teórica y práctica. En la Filosofía del Derecho existe una considerable disparidad de temáticas, de criterios metodológicos y orientaciones doctrinales. Sin embargo ello no impide que exista un amplio consenso en considerar que la Filosofía del Derecho tiene como temas de estudio fundamentales el Concepto del Derecho, el problema de su conocimiento, la Teoría de la Validez del Derecho, el papel del Derecho en la construcción de las Teorías de la Justicia, las relaciones del Derecho con el Poder y la cuestión de los retos que la globalización, el multiculturalismo y la posmodernidad le plantean al Derecho. La función de la Filosofía del Derecho es la de actuar como intermediaria entre los saberes y prácticas jurídicas, por un lado, y el resto de las prácticas y saberes sociales -incluida la filosofía- por el otro. La Filosofía del Derecho no tiene tampoco un terreno acotado en exclusividad en el conjunto de los saberes jurídicos y sociales, sino que su campo es más bien el de las relaciones entre estos diversos sectores de la cultura; su lugar está, precisamente, en las fricciones y en los vacíos que se producen en el funcionamiento de los mismos.
La forma de trabajo que se llevará adelante le otorga al estudiante absoluta libertad de pensamiento. El dictado de la materia se hará desde una perspectiva pluralista, en la que el estudiante se vea solicitado por las mismas tendencias y los mismos planteos que hoy coexisten en el mundo del pensamiento jurídico, se habitúe a distinguirlos, aprenda a examinarlos críticamente y vaya elaborando su teoría personal, no sólo respecto del derecho sino también de todos los presupuestos filosóficos, epistemológicos, éticos o ideológicos que necesariamente sirven de marco y fundamento a una teoría del derecho.